…Se dice que la mañana es el tiempo especial, cuando todo se empieza de
nuevo. A algunos sí, pero no es el
caso de Antanas. Las mañanas de el siempre eran iguales…
Rimaldas Viksraitis "Grimaces of the Weary Village" |
Su padre, todavía borracho de ayer, está durmiendo
en el rincón más sucio de su cocina cerca de un horno todavía un poquito caliente. Está hablando en sueños, aparentando que está gritando a sus pequeños hijos, su mujer siempre con su cabeza mirando al
suelo y pobre perro que solo quiere saludar a su dueño.
Ya son más que dos horas cuando Antanas puede ver su huerta
escasa por la ventana. (Son las ocho de la mañana). Es la hora cuando la madre está intentando de preparar
alguna comida. (Aunque el padre odia esta palabra ellos son pobres y no siempre
tienen algo para poner en la mesa). Hace frío, así que el niño se levanta y
se acerca al horno. El suelo que está más lejos del
fuego está mojado y Antanas
está saltando como
una cabrita. Esto despierta el padre. Se levanta más sucio que ha acostado, pero a el le da igual.
Rimaldas Viksraitis "Grimaces of the Weary Village" |
Después de
algunos minutos, salga de la casa y la madre de Antanas suspira aliviada. Por fin
el niño puede
acercarse a su madre y abrazarla. Los dos miran por la ventana. El viento de
otoño está destrozando los arboles casi desnudos. Por el niño esto es el momento mas feliz de su día…
No hay comentarios:
Publicar un comentario